LAURA LEGAZCUE-Achieved the Condor de oro 2005.San Luis.Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

LAURA LEGAZCUE-Achieved the Condor de oro 2005.San Luis.Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
Laura L by Roberto Yabrek

martes, 6 de diciembre de 2011

CALLE Y CAMPO

Como parte de la campaña MTV Exit, Calle 13 donó los derechos de su tema Prepárame la Cena, y el videoclip, nuevo, fue filmado en Uruguay y dirigido por Charly Gutiérrez, de Oriental Films.

Según contó el realizador en el sitio Teo y la máquina de ideas, la movida para dirigir un tema surgió "a través de MTV, con quienes ya teníamos una relación laboraL"


CAMPO

Bueno, y estos son Campo”, dice Juan Campodónico, señalando a (el ex Omar) Pablo Bonilla, (el cantante de Astroboy) Martín Rivero y Verónica Loza, que en ese momento deambulan por el estudio o ensayan con sus instrumentos. Sonó raro en el preciso momento en que lo dijo y hasta él se rió. Es que quien no conoce la historia del primer disco firmado por el productor más importante del medio local no tiene por qué saber que el artista no ve a esto como un trabajo solista.“Es mi disco, pero no es mi disco solista porque estoy rodeado de gente, este trabajo es muy multidimensional”, dice Campodónico, un hombre vinculado a muchos de los hechos musicales uruguayos más importantes de los últimos veinte años, desde Peyote Asesino hasta la materialización musical del concepto Bajofondo, pasando por las producciones artísticas del primer disco de No Te Va Gustar, cuatro incluibles en el momento consagratorio de Jorge Drexler (Frontera, Sea, Eco y 12 segundos de oscuridad), dos de la nueva etapa sonora del Cuarteto de Nos (Raro y Bipolar) y uno de La Vela Puerca en el que hubo importantes quiebres en lo que era el sonido de la banda hasta entonces (El impulso).¿Hay una especie de conflicto de personalidad, entonces? No tiene mucho sentido contestarlo, si de lo que se está hablando es de música. El propio Campodónico lo deja claro desde el arranque: “Lo cierto es que no estoy solo ni produciendo, ni grabando, ni tocando… canto una sola canción en el disco. Entonces yo puedo decir que es mi disco, pero no que es un disco solista, como se ha manejado”, asegura.El productor confiesa que dejarle paso al artista no fue fácil. “Hubo que decidirse a producir menos otros artistas. Tuve que achicar y dejar el Juan productor artístico y dejar crecer el Juan artista. Ahora estamos con el nuevo disco de Bajofondo con un montón de fantasías e ideas como grabarlo en Berlín. Y por otro lado está Campo, que es más independiente, cancionero, sencillo y hasta naif. El resultado es evidentemente otro. Yo nunca me había planteado cantar una canción y lo hice… creo que podés empezar de grande”, asegura soltando una risa.En las épocas del Peyote Asesino podría haberse pensado en un Campodónico en plan singer / songwriter, un compositor de canciones a guitarra y voz. Aunque a él nunca se le hubiera ocurrido, según asegura. “Yo soy un productor. Le entro a la parte artística desde un rol que implica jugar en equipo. Las otras piezas tienen mucho que ver conmigo. Es el sitio que encontré como artista en el mundo, desde el Peyote Asesino, en el que era un poco compositor guitarrista y hacía que funcionara un poco aquello”, añade en una frase que da parte de sentido a la carátula (una cancha de fútbol) y a buena parte del arte del disco.Puestos a la comparación deportiva entonces, si Bajofondo como colectivo es un equipo de 11, Campo podría ser uno de fútbol 5. El juego es el mismo: aquí siguen viéndose las intenciones "bajofonderas" vinculadas a la concepción de una música que puedan oír personas de todo el mundo sin perder la identidad del lugar del que el artista viene, algo que últimamente se conoce como “glocal”. Pero las sensaciones son otras. Como proyecto con diferentes integrantes y estructura más pequeña, Campo parece también un tipo de experimentación más simple y naíf, más libre. “Y más cancionística. El resultado es otro. Está orientado más a la textura sonora”, añade Campodónico. Y es que las mezclas y los cruces son otros, a pesar de que el disco no se desprende de la identidad Bajofondo porque muchos de los instrumentistas del grupo tocan en el disco y Gustavo Santaolalla trabaja otra vez a su lado como uno de los productores.Pero ahora le toca a otros géneros. Generalmente con una base o dejo electrónico de fondo, se encuentran rocks y paisajes más bucólicos y acústicos con cumbias electrónicas y arrebatos y delicadezas tangueras. En Campo, la voz britpopera de Rivero canta una cumbia, una cantante de jazz nacida en Noruega entona “lo que a mí me va mucho es la marcha tropical” al frente de una base de sintentizador e incluso Jorge Drexler es descontextualizado en una canción llamada 1987."El formato del disco también es una novedad. Está incluso operado en forma indie… no tiene contratos con discográficas. Creo que eso también forma parte de una sintonía con un nuevo estado de cosas, es la exploración de un mundo distinto. Quizá es más importante ahora que un blog mexicano te ponga, antes de que una radio potente te pase”, dice el músico.Lo que sí no ha sido indie son los valores de producción: además del alto nivel de los instrumentistas de Bajofondo y la producción de Santaolalla (en sociedad con Anibal Kerpel, que ha trabajado muchos años con el argentino) hay algunos nombres conocidos dentro del ambiente de la música internacional como el de Joe Chicarelli, ingeniero que en el momento de estar trabajando con Campo se encontraba dedicado a la producción de Angles, el último disco de la banda neoyorquina The Strokes.Primeros síntomas
“Creo que este proyecto tomó tanto tiempo… este proyecto está desde que nací”, exagera el músico. Luego recuerda que Campo fue originalmente una carpeta en una computadora. “Pasa que esas composiciones que estaban en esa carpeta se las terminaban chupando otros proyectos en los que estaba. Por ejemplo, la canción El mareo, que terminó cantando (Gustavo) Cerati para (el disco) Mardulce, de Bajofondo, era una canción que había surgido para Campo”.Una de las novedades de Campo es además la aparición de la cumbia electrónica, un género difundido desde hace algunos años ya en la región pero poco intentado en Uruguay. “No tengo referentes uruguayos de la cumbia que conozca y me interesen, pero la cumbia es algo que si sos uruguayo, también sentís como tuyo. Es como cuando vas a un baile del interior y no tenés nada que ver con lo que suena, pero escuchás algo ahí que sabés que tiene que ver contigo. Es una música que muchas veces no se toma con seriedad”, asegura.Campodónico dice que la aparición de la cumbia –uno de los géneros más menospreciados y a la vez más consumidos del país– no es una reivindicación intencional, sino apenas un ingrediente más que destaca por otros motivos: “Podés declarar oficialmente que el candombe es la música uruguaya oficial, pero de todas formas hay mucha otra cosa sonando que es parte del paisaje sonoro y que tiene mucho que ver con este país también. Creo que ahí aplica algo que dijo Zitarrosa y que usamos en una canción de Mardulce: ‘La milonga es hija del candombe, así como el tango es hijo de la milonga’. El candombe es una forma afro más pura, pero por ejemplo, también hay parte de ese género en la murga. La propia palabra ‘tango’ es una palabra africana. Se podría ver al tango como una evolución de ellas. Todo va creciendo y se va influenciando. Y lo mejor de todo es que América es un continente muy nuevo, cuya mezcla de inmigrantes se repite en todos lados, y eso también se ve en la música. Y en Uruguay se mira aún más a Argentina, Brasil, Europa… siempre estamos mirando hacia enfrente, por eso es bien diversa esa mezcla. Y la cumbia es parte de eso, sin dudas. Creo que el secreto de que esté tan difundida es que es una música de raíz indígena… como que ahí hay algo anterior a todo lo demás. Esto también es importante en esto de pintar este campo al lado del mar en el que vivimos”.De aquí y de allá
Hace dos años, dice, apareció el equipo y las ideas en sintonía tras un objetivo muy concreto. “Hay una intención de hablarle al mundo, de decirle. Por eso va en inglés y en español, es llevable a un lenguaje que puede entender cualquier persona del mundo. La idea es que este proyecto sea el de un artista internacional. Como por ejemplo, Daft Punk. ¿Es un artista francés? Sí. Pero también y más que nada, es un artista internacional. Como música está puesto en inglés –hasta el nombre de la banda está en ese idioma– y está lleno de elementos de todos lados, aunque la sensibilidad de esa música sea ineludiblemente francesa. Pero es música pensada para todo el mundo. Por eso digo que este disco no le habla solo al Uruguay aunque por supuesto, empezamos por casa. Y creo que esto es algo novedoso incluso para la propia sensibilidad musical uruguaya”.El cruce permanente suena a un compendio de ideas y conceptos de alguien nacido en Uruguay que viaja por todo el mundo y hace un disco con el que quiere viajar más. “Sí, sin duda. Me encanta llevar mi música a todos los sitios, siempre es muy refrescante, te devuelve mucha energía. Así como te cansás de viajar, te cansás de estar mucho tiempo en el mismo lugar. De andar por todo el mundo ya tenés tus lugares, ya tenés tus sitios que son tu casa. En Los Angeles, Madrid, he pasado mucho tiempo y les tengo ya mucho cariño. Siempre me he hecho la pregunta sobre si mudarme o no, pero lo cierto es que Uruguay es para mí siempre una linda base”.Campodónico parece reconocerse como paisajista sonoro. En este caso, el Campo son los lugares, los compañeros, las historias y las sonoridades que trae consigo cada uno de estos elementos. En realidad, mucho de lo que plasma en este nuevo disco se resume en el texto que uno se encuentra al abrir la caja que lo contiene: “Un campo apenas vacío, un vacío apenas lleno, algo ni mío, ni ajeno, y un mar que no es mar ni río. Entre la cumbia y el frío, el tango y el balompié, un futuro demodé y un presente imaginado, vuelve a ser algo el pasado que a lo mejor nunca fue”.Campo será presentado este miércoles en Lorente Casa de Espectáculos. Entradas a $ 730, $ 630 y $ 530 en Abitab. Jugadores de CampoPablo Bonilla comenzó a aparecer en el ambiente musical uruguayo con notoriedad al surgir Omar, el dúo electrónico que conformó con Nacho Benedetti, y que manejaba intenciones musicales fácilmente vinculables a Bajofondo, e incluso a Campo. Aquí se encarga de las programaciones. "Creo que lo mejor de todo es cómo fue saliendo el proyecto, con todos en el estudio probando y proponiéndonos cosas. Es un producto de colectivo con un perfil bajo. Por suerte somos un grupo de artistas que se llegan a cruzar, algo que pasa poco en el ambiente musical, con talento y desprejuicio". Martín Rivero está metido en el proyecto Campo como parte fundamental. Algunas de las canciones que canta llaman la atención por el envase rítmico en el que vienen, muchas veces con gusto tropical. “¿Que si canté alguna vez una cumbia? No, nunca, es la primera. Vinculaciones creo que no tengo, salvo de cuando era chico, algún baile o alguna matinée cuando tenía catorce años. Creo que ese era un poco el chiste. No repetirse, encontrar algo totalmente diferente. Si no, para eso sigo tocando con Astroboy o con mi proyecto solista”. Rivero coincidió con Bajofondo acompañado al grupo por Asia y Europa en una de las giras, como parte de un equipo audiovisual. “Creo que lo mejor de empezarme a juntar con Juan fue empezar a perder el prejuicio. Ahora tengo un background mucho más grande porque nunca había visto a la música desde ese punto de vista. Hoy puedo encontrar cosas hermosas dentro de la cumbia. Y ahora hacemos esto con un sonido totalmente internacional. El primer lugar del que nos pidieron discos es de Japón, es algo tremendo”.


.ELOBSERVADOR
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